Madrid, 27 ene (EFE).- En su primera visita a Israel, cuando aún estaba en el instituto, la escritora judía Michelle Cohen Corasanti no conoció a un solo palestino. No fue hasta mucho después cuando abrió los ojos ante el otro lado del conflicto árabe-israelí, que ahora refleja en su libro “Como el viento entre los almendros”.
Con el paso del tiempo, los viajes que realizó Cohen, de origen estadounidense, le ayudaron a romper no solo con las fronteras físicas, sino también con las mentales. Ante ella se abrieron nuevas perspectivas; conoció a palestinos, escuchó sus historias y volvió a Israel para pisar sus tierras y visitar sus casas.
La realidad que vio no era como la que le habían contado: “Yo escuché que nosotros, los judíos, éramos las víctimas, y que sin hacer nada, nos odiaban. Pero vi otra cosa. Todo era mentira”, afirma la escritora a Efe en una entrevista.
Editado por Bruguera, “Como el viento entre los almendros”, narra la vida de Ichmad, un niño palestino apasionado por la ciencia y cuya vida está tristemente marcada por las heridas del conflicto.
Una obra de ficción que habla del valor de la educación en un mundo en el que los niños se entretienen jugando con los casquillos de las balas, el odio impregna el aire y la muerte acecha como un destino inesperado e inevitable.
Escrita con el objetivo de “poner al lector en la piel de un palestino”, el libro se basa en un personaje que Cohen conoció en la vida real y con el que la escritora vio “un rayo de esperanza”: un palestino que trabajaba conjuntamente con un profesor israelí realizando un posdoctorado.
Sin embargo, pasaron diez años desde que “abrió los ojos” hasta que se decidió a escribir la novela, motivada por su lectura de “Cometas en el cielo”, del escritor afgano Khaled Hosseini, que le hizo volver a enfrentarse con su pasado.
“Con él, todo regresó: toda la pesadilla que fue esa parte de mi vida, el sufrimiento de los otros”, recuerda Cohen, quien confiesa que escribiendo vivió momentos especialmente “emocionales”, como cuando se enfrentó al pasaje del libro situado en la franja de Gaza.
La autora espera que su obra ayude a despertar conciencias en los Estados Unidos, donde “no saben nada” del drama palestino, y “los judíos controlan películas, libros, y todos los medios de comunicación”, lo que hace muy difícil el interés por el conflicto.
“Yo traté de decir lo que estaba pasando y nadie lo quería escuchar”, señala Cohen, que ve en el libro una oportunidad de llegar más fácilmente a los estadounidenses y acercarles lo que se vive en Palestina, como en su día hizo Hosseini con Afganistán.
La escritora confiesa que ha configurado al protagonista siguiendo un relato de “superación” con el que sus conciudadanos puedan conectar y opina que, en el fondo, la vida de Ichmad “es una historia bien americana”. EFE
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